domingo, 11 de noviembre de 2007

Aprender a nutrir nuestra imaginación y a cuidar de nuestro espíritu

  • Empieza lentamente, pero con determinación. Consuélate sabiendo que incluso los momentos de soledad robados, -añadir de vez en cuando un cuarto de hora-, finalmente contribuirán a una vida más serena.
  • Ten paciencia. No esperes mucho demasiado pronto, sobre todo cuando reordenar tu agenda signifique enfrentarte a las expectativas de tu familia respecto a lo que suponen que tienes que hacer y cuándo lo tienes que hacer. Ten paciencia.
  • Y esos días, -puede que hoy-, en los que no dispones ni de un momento para ti mismo, tómate en serio este consejo: "no importa cuán lenta sea la película, el Espíritu siempre se queda lo bastante quieto para el fotógrafo que Él ha elegido".