jueves, 26 de junio de 2008

Sobre la inteligencia emocional

La inteligencia emocional, de la que tanto se habla en estos tiempos, no es la típica inteligecia de la que hablamos en la escuela y que se puede medir mediante coeficientes. Tiene más que ver con cómo gestiona uno sus emociones y las de los demás. Debe su máxima expresión de Daniel Goleman, autor de "La inteligencia emocional". Se basa principalmente en:
  1. AUTOCONTROL: conocer los propios sentimientos y utilizarlos para tomar decisiones acertadas.
  2. GESTION DE LAS EMOCIONES: principalmente las negativas.
  3. MOTIVACIÓN: funciona con objetivos; permanecer optimista a pesar de los contratiempos.
  4. EMPATÍA: saber lo que sienten los demás.
  5. PERCEPCIÓN SOCIAL: saber tratar a la gente para que se sienta mejor.

domingo, 22 de junio de 2008

Directivas para sobrevivir en el siglo XXI

  • Potencia el respeto hacia los demás y la humildad.
  • Recuerda que: nada es posible en un corto espacio de tiempo y todo, o casi todo, en un largo plazo.
  • El largo plazo no se prepara previéndolo, sino optando por la diversidad.
  • Concentra el pensamiento y la acción en el quehacer inmediato. Lo único relevante es el aquí y ahora.
  • Existen indicadores suficientes para desistir de transformar el mundo; y de ocuparse, en cambio, de uno mismo.
  • Hasta las acciones y pensamientos más sofisticados están condicionados por el instinto de supervivencia.
  • En el caso de cambios importantes y, sobre todo, en entornos turbulentos la mejor manera de sobrevivir es cambiando.
Manual para sobrevivir en el siglo XXI.
Eduardo Punset.

Sobre la concentración

Reprográmate cada minuto del día con pensamientos que te hagan crecer. Cuando estés enfadado, confuso, intenta reírte de ti mismo. Ríete alto, ríete mucho de ese ser que eres tú, que se preocupa, que se angustia porque cree que sus problemas son los más importantes del mundo. Ríete de esa situación patética, porque todo se reduce a seguir reglas.

Concéntrate.

Si no encuentras nada en qué centrar tu interés, concéntrate en la respiración. Escucha los latidos de tu corazón, sigue los pensamientos que no eres capaz de controlar, controla las ganas de levantarte y hacer algo “útil”. Quédate sentado algunos minutos todos los días sin hacer nada, aprovecha lo máximo que puedas.

Cuando estés lavando platos o haciendo otra actividad, concéntrate en lo que hacer. Da las gracias por tener platos que lavar, porque eso significa que en ellos hubo comida, que alimentó a alguien, que cuidó a una o mas personas con cariño. Piensa cuantos millones de personas no tienen nada que lavar o a nadie a quien preparar la mesa.

Adaptación de un texto de “Las Brujas de Portobello”.

Paulo Coelho.

miércoles, 18 de junio de 2008

El arte más saludable de comer

Toma alimentos que sean provechosos para el organismo, no mera satisfacción de la glotonería. Pescado, hortalizas y frutas frescas. Hierbas aromáticas, aceites de calidad. Una o dos veces a la semana 100 grs. de carne a la plancaha.

Estrés y velocidad son los dos grandes enemigos del buen comer. Aprende a tomarte el tiempo, a evitar el estrés, a decir que no y a consumir buenos platos sencillos. Los alimentos no son enemigos nuestros, sino, al contrario, nuestros mejores médicos.

  • Come cuando tengas hambre.
  • Saborea despacio cada bocado.
  • Deja de comer cuando la sensación de hambre desaparezca.

Sia viviéramos en el mejor de los mundos, (dietéticamente hablando), emularíamos la sabiduría de los animales y comeríamos cuando tuviéramos hambre, sin sujetarnos a horarios tan arbitrarios como inútiles. Los bebés exigen seis comidas al día.

Lo ideal, por tanto, sería tomar una pequeña cantidad de alimento cada tres o cuatro horas.

Adaptación de un texto de "El arte de simplificar la vida" de Dominique Loreau.

viernes, 13 de junio de 2008

Reconocer otras verdades

BUSCA EL LADO POSITIVO
Haz de la circunstancia crítica una oportunidad para crecer. Trata de ver la enseñanza en lo que, de entrada, parece solo un problema.

INTRODUCE PEQUEÑOS CAMBIOS
Esta actitud te ayudará a no aferrarte a las cosas, a no echar raíces, lo que dificultaría tu adaptación a circunstancias nuevas. Solo con unos pequeños cambios diarios ejercitarás el desapego.

PONTE EN EL LUGAR DEL OTRO
Y siente como está viviendo el otro la situación. Te aportará flexibilidad mental y contribuirá a que crees una nueva perspectiva de tu "adversario".

SÉ ASERTIVO
Conecta con tus sentimientos y haz saber a tu interlocutor como te sientes.

HAZ TAICHI
El taichi es un arte del movimiento que trabaja la flexibilidad. Con el taichi o el yoga conseguirás adaptarte con más facilidad a las nuevas situaciones.

VISUALÍZATE SERENO
Busca un lugar tranquilo, relájate y visualiza durante unos diez minutos que tu problema se ha resuelto. Imagínate sonriente, sereno, feliz. Siente que el conflicto que tenías ya se ha diluido, que ya forma parte del pasado.

PRACTICA LA MIRADA TÁNTRICA
Mira al cielo y desenfoca la mirada, dejándola blanda y suave, sin fijarla en ningún punto en concreto. Conseguirás una visión periférica y accederás a posibilidades que antes no veías.

APROVECHA LAS EXPERIENCIAS
Sé consciente que cualquier experiencia es de paso y serás capaz de vivirla desde otra perspectiva que te resultará mas enriquecedora.

Adaptación artículo revista Mente Sana Nº 36

Las buenas relaciones

Mantener una buena relación con otra persona requiere saber en qué momento es necesaria la comunicación o cuando puede resultar excesiva. Para ello:

NO DEJES ENFRIAR LOS VÍNCULOS
Busca motivos para comunicarte con la otra persona, para mantener la llama de la relación encendida.

BUSCA LA DÓSIS ADECUADA
Intenta percibir cual es la dosis adecuada de comunicación que los demás requieren de ti para dar sentido a una relación.

FILTRA LOS MENSAJES
Guarda para ti aquello que no necesariamente sea interesante para el otro. Las relaciones se resienten del exceso de "ruido" en la comunicación.

RESPETA LA INTIMIDAD DE LOS DEMÁS
No esperes de los demás lo mismo que tú das y aceptan que no se sientan cómodos ofreciéndote la misma cantidad de comunicación que tú ofreces.

Adaptación revista Mente Sana Nº 36