viernes, 21 de noviembre de 2008

Nuevas fotos Mirando al Cielo



Nuevas fotos "Mirando al cielo", tomadas en una tarde del mes de Noviembre del 2008, desde el Centro de Educación para adultos de Vera, Almería, España.
Posted by Picasa

lunes, 17 de noviembre de 2008

Practicar la meditación

Regálate un tiempo y un lugar para la meditación en algún rincón de tu casa.

  • Instala en él un almohadón confortable, un pequeño altar en el que colocar una vela, una flor y una varilla de incienso. (Para controlar el tiempo: duran unos 20 minutos).
  • Deja que le perfume y el silencio te envuelvan.
  • Nota el almohadón, respira profundamente dos o tres veces para exhalar los pensamientos negativos.
  • Si tu flexibilidad te lo permite, adopta la postura del loto. Es la mejor para alcanzar el verdadero estado de “ausencia” de la plenitud perfecta.
  • Si no adopta otra postura como: sentado en un sillón o tendido en el suelo.
  • Concéntrate en tu respiración y trata de que tu mente se vacíe de pensamientos. Cuando te surja uno, déjalo pasar, sin esfuerzo; déjalo fluir y trascender.

El ser humano puede liberarse del tiempo, del espacio, de la vida cotidiana, de los deseos, de las ideas comunes y finalmente de sí mismo.

“Sentarse a meditar durante horas, comer cuando el cuerpo no lo exige y vivir en una sencilla
cabaña: ¡qué lujo!”
.

Tsurezuregusa. Urabe Kenko.

Meditar

Meditar significa dejarse conducir hacia el centro, hasta el punto medio. Todo lo que es fijo domina y bloquea el espíritu. Dedica algún tiempo a “ser”, sencillamente, para que tu espíritu se “recargue” en silencio.

Así te libras de tu imagen y retornas a la sensación de ser una persona renovada.

Para imponer silencio al cuerpo sirven ciertas posturas, (postura del loto, decúbito supino), una relajación completa y los ojos cerrados. Respirar lentamente y acallar la mente. Alejar de nosotros todo pensamiento por el que nos veríamos arrastrados a la reflexión. Concentrarnos en los ruidos interiores: los latidos del corazón, la respiración.Medita, encuentra el grado cero de la actividad mental y muscular.

Siente como te invade el calor y la pesadez. Habla contigo mismo: “Noto como el calor invade mi cuerpo”. Fija la sensación mediante una frase y cada vez que invoques la frase, se instaurará en ti el estado de ánimo correspondiente.

Cuando se consigue no pensar, se ha alcanzado la meta. Todo de simplifica. Han desaparecido todas las responsabilidades y todas las obligaciones. Acepta las ideas que surgen y no le concedas importancia.

“Nada que esperar, eso es lo que libera el Yo. Me parece que me había rechazado a mi mismo junto con todo lo demás que había rechazado. Hasta la pesadez corporal había desaparecido. Me daba cuenta de que no poseía nada, ni siquiera a mi mismo, y de que nada me poseía. El mundo entero se había vuelto tan trasparente, sin la menor obstrucción , como mi espíritu”.

Budismo Zen. Alan Watts.



Evita el ruido

El silencio permite prestar atención a todo y observar el caudaloso desfile de “detritus mentales” que recorre inconscientemente nuestro espíritu. Quedarse un rato sin actuar conscientemente que requiere un espíritu abierto, tiempo y paciencia. Evita los programas de televisión y los artículos de prensa que no te aportan nada y roban tu tiempo, tu espacio mental y tu silencio. Nos son más que soporíferos que te acunan en una pasividad embrutecedora, chicle para los ojos.

El silencio te ayudará a expandirte en su vacío. Es un espacio receptivo. Deja que él te conduzca.


El arte de simplificar la vida. Dominique Loreau.