lunes, 10 de marzo de 2008

Haz lo ordinario extraordinario

Estamos acostumbrados a no valorar lo que tenemos, a ignorar la grandeza de los momentos pequeños, de los detalles y a no tener conciencia de ellos. Por ello dejamos que pasen sin siquiera fijarnos en ellos y los realzamos cuando ya no están o han pasado.

Los momentos pequeños suman más que los grandes momentos en nuestra vida y con ellos, podemos obtener más plenitud y felicidad en nuestra vida. Valora lo que tienes y lo que haces, por insignificante que te parezca y disfrutarás más de la vida.

Mira la vida como cuando eras niño, poniendo toda tu atención al momento en el que te encuentras, sin desperdiciar nada de tu energía en otras cosas. Disfruta plenamente lo que haces, no tengas nostalgias del pasado ni anhelos del futuro, solo existe lo que ocurre ahora.

La vida es un viaje en el que el objetivo no es llegar al destino, sino disfrutar de cada etapa. Creemos que el tiempo es oro y, como no lo podemos malgastar, vamos con prisas. Las prisas no nos dejan disfrutar de todo lo que acontece. El tiempo no es oro, el tiempo es vida.

Solamente necesitamos darnos tiempo para ser concientes de todo lo que acontece, aunque sea pequeño o rutinario.

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