¡Para qué la vamos a hacer sencilla si la podemos complicar!.
Así sufrimos, nos apagamos, envejecemos.
Un poco de obviedad, un poco de simpleza, un poco de plasticidad pueden orientarnos.
- ¿Qué tal si cuando no quieres dices que no; cuando te hace daño lo dejas; cuando necesitas pedir lo pides; cuando quieres dar se lo das; y cuando quieres llorar o gritar lo dejas salir?.
- ¿Qué tal si cuando quieres comunicarte, te abres?. ¡Y cuando estás contento, te ríes!.
- ¿Qué tal si cuando ves al otro, lo aceptas como es, sin rotularlo?.
- ¿Qué tal si te quedas aquí y ahora, lo único real, en donde hay tanto que no requiere ni del pasado ni del futuro?.
- ¿Qué tal si te das a tu esencia y te dejas Ser verdadero?.
Sublime.
La Paleta del Pintor
Claudio Casas