
Una excelente manera de controlar tu genio es simplemente contar hasta cien antes de responder a alguien que te ha molestado.
Los sabios de la antigüedad sólo hablaban si las palabras que iban a pronunciar pasaban tres puertas.
En la primera puerta se preguntaban a sí mismos: ¿Son estas palabras sinceras?. Si así era, las palabras pasaban entonces a la segunda puerta, ante la cual los sabios preguntaban; ¿Son estas palabras necesarias?. Si lo eran, pasaban entonces a la tercera prueba, ante la que preguntaban: ¿Son estas palabras amables?. Sólo si también esta respuesta era afirmativa permitían que las palabras salieran de sus labios fueran enviadas al mundo.
"Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser".
Johann Wolfgang von Goethe.
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