jueves, 22 de mayo de 2008

La autodisciplina autoimpuesta

Es bueno autoimponerte disciplinas que te permitan elevar tu grado de satisfacción personal y convertirte en un adepto a aquellas pautas que te interesan practicar. Mediante la autodisciplina te liberas de la inercia material y de la pereza física. Conseguirás un gran estado de plenitud.

Dedicar una buena parte de tu tiempo disponible, de manera regular a leer, escuchar música o caminar, son algunas de las prácticas que aumentarán tu estado de plenitud. Estas autodisciplinas debes practicarlas con placer y convicción.

Para llegar a conseguir realizar éstas prácticas con naturalidad y sin esfuerzo, podemos echar mano de la emulación, (“hacer como si…”). Con ellas preparamos nuestra mente y nuestro cuerpo para automatizarlas y que surjan de nosotros de manera natural y espontánea.

Cinco minutos de autodisciplina concentrada, dan mejores resultados que una hora en plan diletante.

Para empezar imponte pequeños esfuerzos como: comer menos, levantarte antes, etc. De esta manera desarrollaras perseverancia para cosas más esenciales.

El silencio y la paz de los amaneceres junto con la poca luz en tu entorno te ayudan a convertir estas autodisciplinas en ritos excelentes.

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