lunes, 18 de febrero de 2008

Disfruta siempre

En nuestra vida diaria, demasiadas cosas reclaman nuestra atención. Si restamos el tiempo que dedicamos a los objetos, para dedicarlo a nosotros mismos, convertiremos ése tiempo en un privilegio. El privilegio de “no hacer nada”.

Dedicar tiempo a la pereza, para contemplarte a ti mismo y a tus experiencias, lo convierte en una de las actividades más elevadas. Observa tu interior y tu forma de pensar, tus pensamientos, tus emociones, tus sentimientos. Contémplalos sin juzgarlos y sin criticarlos. Sé un observador pasivo que no juzga.

Cuando no haces nada, dedícate a ti mismo y emplea tus condiciones de libertad interior e
independencia.

Cuando realices cualquier tarea cotidiana, busca la unidad con ella, concentrándote en ella y sin pensar en ninguna otra cosa. Si lo haces no sentirás fatiga y disfrutarás de tu acción.
Pensar en lo que nos resta de hacer, agobia más que lo que estamos haciendo en realidad.

No temas el futuro sino el momento presente que dejas escapar cuando no estás centrado en él. Pon toda tu atención en lo que haces y rechaza todo pensamiento parásito. Lo único que cuenta es la actividad del momento presente.

Trabaja despacio poniendo la atención en el “aquí y ahora”. Ser capaz de determinar la calidad de cada momento es un don.
Cada momento siempre es reflejo de los demás momentos.

“Yo no quiero cosas, quiero momentos”.
Una actriz americana.

No hay comentarios: