Los problemas no son para tratarlos, sino para trascenderlos. Concentrarse en un problema es mantenerlo con vida, lo cual nos impde avanzar en su solución. No conviene ponerse a analizar, disecar y estudiar los pensamientos negativos, porque entonces proliferan. Niégate a envenenar tu vida con viejos hábitos de rencores y de ofensas no perdonadas. Tira al cubo de la basura los detritus del pasado. Conserva únicamente los buenos recuerdos.
La vida vuelve a empezar todos los días. Tú eres la persona que vive hoy. La persona que fuiste ayer es distinta de la que eres hoy. Todos podemos cambiar si nos lo proponemos. ¿Quién nos impide hacerlo?
Los anclajes psicológicos que nos atan al pasado, establecen un círculo vicioso. La energía que disponemos en el momento presente es justamente la que necesitamos.
No ataques las situaciones difíciles más que en los detalles fáciles. Cuando centras tu atención en algo, ese algo aumenta en importancia. Cuanto más insista en lo que no quieres, más ascendiente le condeces sobre ti. En lugar de pensar activamente acerca de un problema, olvídalo.
Los momentos difíciles de la vida son una oportunidad para tomar distancia y reconsiderar las cosas. Pregúntate entonces: ¿Qué es lo más importante? ¿Por qué he hecho esto?.
Todo lo que ocurre está ahí para enseñarnos algo.
Adaptación de "El arte de simplificar la vida" de Dominique Loreau.
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