La vida casi nunca es tan negra como imaginamos cuando nos encontramos en horas bajas. Si continuamos haciendo lo que siempre hacemos, seguiremos siendo lo que siempre fuimos. La única persona que puede imponerte límites eres tú.
Siempre que empieces a inquietarte, a sentirte perdido, solo, deprimido, lleno de recor, negativo o encolerizado, toma un libro interesante, cambia de indumentaria, rodéate de música, incienso, flores o velas.
También puedes practicar un poco de yoga o de gimnasia, escribir unas palabras en tu diario, tomar un baño o salir a dar un paseo.
Lo más importante es cortar el flujo mental hasta que las energías nuevas han reemplazado a las anteriores.
Adaptación de "El arte de simplificar la vida" de Dominique Loreau.
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