Hay que quitar cosas de nuestra vida para poder ver nuevas perspectivas. Funciiones esenciales como vestirse, comer y dormir, cobran entonces una dimensión distinta y mucha más profunda.
Deja de poseer demasiadas cosas : tendrás más tiempo que dedicar a tu cuerpo. Y una vez que te encuentres a gusto con tu cuerpo, podrás olvidarte de él y cultivar tu espíritu, con lo que se accede a una existencia más llena de sentido. ¡Y serás más feliz!.
La sencillez consiste en poseer poco, para abrir camino a lo esencial y a la quintaesencia de las cosas.
Tirar las cosas requiere un esfuerzo. La dificultad no consiste en librarse de ellas, sino en juzgar cuáles son útiles y cuáles inútiles. A veces cuesta desprenderse de un objeto. Pero luego, ¡qué satisfacción!.
Vivir es cambiar. Somos contenedores, no contenidos. Deshacerse de las pertenencias puede ayudarnos a ser lo que siempre quisimos haber sido.
