Si los niños son educados entre reproches, aprenden a condenar.
Si son educados con hostilidad, aprenden a ser agresivos.
Si viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
Si son tratados con lástima, aprenden a autocompadecerse.
Si son puestos en ridículo, aprenden a ser tímidos.
Si viven en competencia, no aprenden a compartir.
Si son regañados por sus errores, aprenden a sentirse culpables.
Si viven carentes de estímulo, aprenden a no confiar en sí mismos.
Si no conocen el reconocimiento, no aprenden a valorar a los demás.
Si son educados sin aprobación, aprenden a buscar relaciones tóxicas.
Si vive entre mentiras, no aprenden el valor de la verdad.
Si son tratados sin amabilidad, nunca aprenden a respetar a los otros.
Si los niños crecen en un entorno de seguridad, aprenden a no temerle al futuro.
Y si viven su años más tempranos rodeados de amor sincero, aprenden que el mundo es un maravilloso lugar donde vivir.
Dorothy Law Nolte
lunes, 21 de abril de 2008
Los niños aprenden lo que viven
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